SOCIEDAD |
PANORAMA - GASTRONOMÍA RESTAURANTE CASA MIGUEL, QUINTANILLA (LAMASÓN) / Cocina cercana y familiar Referencia de la cocina tradicional en el valle de Lamasón donde merece la pena probar el cabrito En el recóndito valle de Lamasón, casi escondido entre montañas, en el pequeño pueblo de Quintanilla, se encuentra este negocio familiar donde brillan con luz propia tanto el trato cercano como una cocina sincera y tradicional, sencilla y sabrosa, variada y lucida. Se trata de Casa Miguel, un restaurante donde la 'artesanía' entre los fogones la ponen las hermanas Blanca y Carmina Ruiz a partir de una buena materia prima, preferentemente productos del propio valle, que se plasman en una carta bastante completa y atractiva. Especialidades Además del interesante menú del día, en la carta destacan tanto platos de siempre como interesantes creaciones propias. Así, no pueden faltas el cocido montañés o la fabada asturiana, las patatas con carne o una sabrosa sopa de pescado. Entre los platos de cuchara también destacan las alubias rojas con chorizo o el ragut de venado o jabalí. Otro tipo de entrantes que llaman la atención son los patés caseros, de atún, pimientos y anchoas o con salsa de pasas, nueces y ciruelas. Especialmente original es el queso fresco en crema con mermelada de pimientos y sobresalientes las croquetas caseras, bien de queso, de morcilla, de carne de corzo o de jamón. También cuentan con varios tipos de ensaladas, ibéricos o revueltos. Entre los segundos platos, no faltan los pescados bien elaborados, bacalao, merluza, salmón y trucha -cuando hay-, pero lo que realmente a diario se ofrece y no deja indiferente a los comensales son las carnes. El cabrito asado es imprescindible probarle; es de la zona y llega a la mesa blando y muy sabroso. También hay lechazo, chuletillas, carne de caza (venado y jabalí) y la apreciada carne de vaca tudanca. Una bodega bien surtida y unos postres dulces caseros completan la oferta donde la buena relación precio calidad es otro factor para decidir una 'escapada' a Lamasón. | ||||
vaya cocineras, y venga que tienen muchas especialidades
ResponderEliminarole por las cocineras,vaya tarta de turroooooooooooon¡ cada dia la hacen mejor,es mi debilidad y para mi la especialidad de esa casa tan nombrada, ya va para varios años con ese manjar de tarta y si seguimos con los postres todos caseros ya no que deciiiiiiiiiiiiiir
ResponderEliminarHABIA OIDO QUE SE COMIA MUY BIEN, PERO ESTA NOCHE LO HE COMPROBADO YO EN UNA CENA QUE HEMOS TENIDO, ERAMOS SOBRE UNOS VEINTE, NOS HAN PUESTO UNOS ENTRANTES EXQUISITOS SEGUIDOS DE UN CABRITO QUE NUNCA LE HE COMIDO TAN BUENO Y CUANDO LLEGAMOS AL POSTRE QUE YA NO ERAMOS PARA CON ELLO HA SIDO UN SURTIDO DE POSTRES CASEROS EXTRAORDINARIO PERO ESA TARTA DE TURRON QUE ME HABIAN DICHO QUE ERA ESPECIALIDAD DE LA CASA ES EXQUISITA TODO COMO PARA TENER DONDE METER UN SURTIDO DE TODOS ESTOS POSTRES, ANIMAROS A IR QUE MERECE LA PENA HACER LA PRUEBAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarUn abrazo para Carmina y para Fito, de uno de esos niños que pasaron muchos veranos en Sobrelapeña. Una de nuestras grandes ilusiones era bajar a comprar al Jeep que ellos conducían y con el que acercaban los productos de consumo diario de su tienda a los rincones más recónditos del valle. Unas grandes cocineras, Carmina y Blanquita, lo he podido comprobar cuando me he acercado a Casa Miguel con mi familia y amigos. Firmado, Fernando, el hijo de Geniuca, el nieto de María y El Pescador. Un abrazo, me alegro de que vuestro trabajo de toda una vida se vea recompensado. Yo llevo al valle en mi corazón y vosotros formáis parte de él. Hasta pronto.
ResponderEliminar